"Una temporada en el Infierno" Arthur Rimbaud: Lo cotidaino: La crueldad

Laura Isabel Romero Yáñez

Jean Nicolas Arthur Rimbaud (20 Octubre 1845 – 10 Noviembre 1891)

La vida de Rimbaud fue muy ajetreada y voraz para lo corta que fue, su visión era nueva e incomprendida sobre todo él era un reflejo poco común de su contexto social, su sensibilidad lo hacían alguien vulnerable pero sus acciones, una barrera impenetrable para la mayoría. La sensibilidad atroz la refleja en sus obras, una temporada en el infierno especialmente codifica su vida y percepción, es claro que  está conforme con su visión pero no con lo que le pasa y rodea, ampliamente critica lo cruel de las situaciones  comunes de las que él mismo fue actor y donde él demuestra su desarrollo  en torno a la visión.

La forma en que aborda todos los conceptos de una temporada en el infierno resulta visceral, demandante, inconforme y como interno, no se percibe ajeno a las problemáticas ni situaciones, en algunas es hasta visible como actor principal.

Lo más importante respecto a la crueldad es que la voz lírica supera este ambiente estresante y asfixiante de una manera en la que se considera victoriosa tras  todos los enfrentamientos con la vida atormentadora y opresiva a la que afronta con temor pero con firmeza de una manera en la que desea afrontar la misma muerte, lo que el hombre considera lo más cruel puesto que es inesperada y absoluta. La crueldad en la que se ve rodeada la voz lírica maraca un marco social cotidiano, no son ambientes extraordinarios ni situaciones irreales, simplemente son las reclamaciones, valentías y lo que afronta abiertamente un hombre ante la amplia vida que exige demasiado de los humanos y regresa de una manera opresiva y sin escapatoria alguna.

Las atormentadoras situaciones marcan a la voz lírica de una manera considerablemente positiva puesto que no se da por vencida sino considera a los obstáculos un dramático pasado que se ha superado y al final simplemente se mofa sutilmente del poder que  le permite tener su mente ante lo opresivo y el destino, acepta lo que viene pero no sin salir triunfante de tan traumáticas experiencias, cada fragmento resulta como progresan más serena la voz lírica y más calmada, no totalmente atormentada como al principio.