Cada persona tiene una manera única de ver el mundo. Estas
doctrinas de pensamiento pueden ser tanto enseñadas como experimentadas. Todos
somos libres de escoger nuestro camino, podemos caminar junto con otros y
aprender en conjunto, o podemos alejarnos en una reflexión intrapersonal. La
historia de Siddharta muestra la historia de un joven que decidió tomar su
propio camino para descubrir su “yo”.
Siddharta pudo haber tenido una vida relativamente fácil.
Era admirado por todos los de su pueblo y tenía una familia respetable con un
brahmán como padre. Sin embargo, se dio cuenta de que su camino no era ese. Se
debía retirar de todo lo conocido, adentrarse a un ambiente completamente nuevo
y renunciar a su antigua vida para encontrarse a sí mismo. Se fue con los
samanas del bosque.
Buscaba desprender todo pensamiento, recuerdo, sed, alegría
y tormento de su espíritu para quedar
completamente vacío y encontrar la paz. Sin embargo, al buscar el vacío,
justamente encontró eso. Se dio cuenta de que la doctrina de los samanas no
correspondía con su propia visión.
La búsqueda por una doctrina propia y el rechazo de los
caminos impuestos, presentan a Siddharta como un personaje rebelde en un estilo
no tan convencional, ya que siempre tiene presente la conciencia de la
relatividad. Puede que la doctrina de los samanas sea la correcta, puede que
no. Puede que su búsqueda por la paz interna lo lleve a la tragedia (lo cual,
en efecto, en ciertas ocasiones ocurre), pero es su propio camino y su método
de aprendizaje. Lo que él busca es
explorar la vida a través de sus propios sentidos, equivocarse, caer, para
luego levantarse y aprender en base a esa experiencia.
Personalmente, creo que esta exploración por uno mismo se ha
perdido bastante a causa de las fuertes implicaciones impuestas por el
capitalismo. Desde pequeños, nos enseñan
que es necesario aprender, no para el crecimiento personal, sino para ser parte
de los procesos de producción económicos y seguir una doctrina de pensamiento
común. Ya no se va a las universidades a crecer, se asiste para obtener un
diplomado para tener un empleo que quizá no nos guste, sólo para obtener
ingresos monetarios para gastarlo en bienes materiales.
La búsqueda del “yo” es una parte importante del desarrollo
humano que pasa por desapercibido en la vida de muchas personas (desde mi
perspectiva). Este libro, no debe pasar desapercibido por futuras generaciones,
es una obra literaria que debería ser apreciada por todos aquellos interesados en una compresión más amplia sobre la paz interior.
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