El tema que presenta “El Principito” no se limita exclusivamente
a las mentes más jóvenes, todo lo contrario, esta obra presenta un argumento
que jóvenes y adultos deben tener muy presentes, especialmente por el mundo tan
apresurado y limitado en el que vivimos.
En los viajes del Principito, se le presentan personajes que
simbolizan la vida adulta junto con sus
vicios y absurdas obsesiones por lo banal. Sin embargo, él no los logra
comprender del todo dada su condición
pura e inocente de niño.
“- ¿Dónde
están los hombres? prosiguió finalmente el principito. - Se está un poco solo
en el desierto...
- Se está solo también con los hombres- dijo la serpiente.”
- Se está solo también con los hombres- dijo la serpiente.”
Diferentes personajes dentro de la
obra representan diferentes características. Primero se encuentra el rey, que
se inclina a la soberbia, al pensamiento materialista.
Después está el Bebedor, demuestra
la ironía de las cosas y nos hace ver que en realidad nosotros tenemos la solución
y somos la causa de la mayoría de nuestros problemas, los cuales nos cuesta
trabajo enfrentar de frente en algunas ocasiones de manera que nunca salimos de
ese hoyo. Muchos de nuestros problemas están en nuestra mente únicamente.
Se encuentra en otro planeta el Hombre de Negocios, símbolo de la avaricia,
donde el dinero ya no es una necesidad, sino una adicción, una enfermedad. Bien
dicen que es más feliz no el que más tiene, sino el que menos necesita.
Este libro
también nos habla sobre cómo los sueños son rápidamente abandonados a medida
que una va creciendo ya que la visión de un adulto tiende a ser más apegada a
la “realidad”. Se pierde la creatividad, el arte del pensar y son remplazados
por la ansiedad de formar parte de los procesos de producción del mundo capitalista
industrial.
Saint-Exupéry escribe esta obra
impulsado por su afán de buscar la profundidad oculta de la vida cotidiana,
demasiado agitada para mostrar su interna riqueza.
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