lunes, 2 de diciembre de 2013

Metamorfosis, Franz Kafka

                                                                                                                                  Miranda Rodríguez
En este fragmento nos encontramos con la reflexión que hace la hermana sobre la situación vivida por la familia, afirmando que el insecto que hasta entonces habían tomado como hermano e hijo, Gregorio, no es tal y ha perdido toda su humanidad. Le  culpa de la pena y miseria de la familia, señalándole con repudio y asco mientras abraza a su padre que, con gesto aprobador, recela con la mirada al insecto que tan precaria ha convertido en sus vidas, aquel que una vez sacrificó todo para ser el sustento de estás.
El tema es por tanto la decisión por parte de la familia y encabezada por la hermana de abandonar la esperanza y cualquier signo de expectativa de ver a su hermano reflejado en el insecto que ocupa su cuarto. Ante esto y como veremos  en el resto de la historia, este incidente sería precisamente la gota que derrama el vaso para la ya manchada dignidad y paciencia de Gregorio, que traicionado y abandonado por su propia familia, prefiere mantenerse fiel a su bondad y consideración a aquellos que una vez quiso y se deja morir. Bien de hambre, debido a la infección de su espalda o simplemente de pura pena.
Relacionando este tema del fragmento con el del resto de la historia, nos encontramos a una familia que da la espalda a un ser querido cuando es él ahora quien precisa de ayuda. Este cambio de tuercas, el aspecto físico y la dependencia que crea tener a alguien no autosuficiente en la familia hace que su familia no le respalde y que primero ignoren la situación para más tarde afrontarla cara a cara para rechazar definitivamente a Gregorio, sumándole en esa tristeza infinita que le llevará a la muerte.

El ver cómo las personas, que se suponen son las más cercanas a uno, pueden terminar aislándote, llegando a sentir hasta repulsión por ti, dejarte de lado por el simple hecho de que te desconocen y que algunos ni siquiera muestran interés en querer descifrarte, en querer conocerte... cómo todos pueden seguir sus vidas, esforzándose por ellos y por sus vidas, pero dejándote totalmente solo, sin ayuda, sin comprensión, sin consuelo, como si nunca hubieses existido en sus vidas. Qué solitario el ver desde un rincón y alejados de todos el pasar de los días, extrañarte de la vida y hasta de ti mismo sin poder comprender nada, sólo observar... esperar... y morir.

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