CASA DE MUÑECAS
Sentimientos encontrados dentro del personaje de Nora.
El ser humano moldea su forma de pensar e incluso sus
sentimientos dentro del contexot en el que está. Esto se presenta en la obra de
Henrick Ibsen en el caso del personaje de Nora.
Ella cree, desde su
infancia, que la manera de actuar de una mujer se basa en los deseos del hombre
que la protege, ya que él es quien tiene el poder. Sin embargo, ella misma
ansiaba obtener algún tipo de poder. Cuando su antigua amiga, Cristina, se
reúne con ella después de tantos años y le cuenta las desgracias que tuvo que
superar para seguir adelante en una vida económica limitada, Nora se siente
atacada, aun cuando Cristina no propone insinuación alguna de insulto:
CRISTINA:
¡Cuánto te agradezco esa solicitud, Nora!...
Más meritoria en ti que no conoces las miserias y los
sinsabores de la vida.
NORA: ¿Yo?... ¿Crees
eso?
CRISTINA (Sonriendo): ¡Por
Dios! Laborcitas de mano y monerías por el estilo... Eres una niña, Nora.
NORA (Moviendo la cabeza
y atravesando la escena): No hables con esa ligereza.
CRISTINA: ¿Cómo?
NORA: Eres como los
demás. Todos creen que no valgo
para nada serio...
(p.13)
Aun cuando ella admite que su vida tanto económica como
sentimentalmente es perfecta, ella reacciona a causa de un detonante, en este
caso, un ser de su pasado, Cristina. Aunque Nora más tarde se arrepiente de sus
acciones, ella sabe que lo volvería a hacer y no necesariamente para salvar la
vida de su esposo sino que es posible que necesitara esa impresión de control
sobre su propia vida, y el estado de su esposo presentó el escenario para hacer
justo eso.
Más tarde en la obra, cuando Trovaldo desenlaza su ira hacia
Nora, se destapa la faceta que ella había añorando sacar desde su infancia a nivel inconsiente. Al principio
de la obra, ella podía vivir en ese “juego de muñecas” porque tenía la ilusión
de que tuvo al menos el poder sobre una decisión importante dentro del matrimonio. Sin
embargo, una vez que se lo arrebatan, su deseo por independencia que había
reprimido, surge y se da cuenta de que había vivido dentro de una mentira.
Ricardo Arias Bernaus
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