En 6 personajes en busca de un autor, de Luigi Pirandello se habla mucho sobre el
papel que jugamos como personas en la realidad y el personaje que nosotros
queremos interpretar ante los demás o tal vez incluso ante nosotros mismos.
Desde que se es chico, un aprende de los demás ya que
empiezan dándoles significados y contextos de lo que son las cosas, creando así
una cosmovisión (como ya lo había explicado en la entrada de “el principito”) y
dándose una idea del papel o rol que les toca desarrollar a cada uno en la
sociedad, ya que es así como funciona una sociedad, en comunidad donde cada
quien tiene un papel cobre algo.
Pero bueno, yo ni siquiera me refiero específicamente a la
profesión a la que te vayas a dedicar, hablo incluso de la personalidad, de cómo
quieres que los demás te vean, de lo que tú crees que eres, esto es lo que
determina como te gusta verte, que gustos tienes, como te vistes, que esperas
de ti y cuáles son tus metas, etc.
Todos nos vemos afectados por los roles que se nos asigna en
la sociedad por mas intelectual o interesante que se quiera ser, de hecho estas
dos últimas ideas también están descritas por alguna parte de la sociedad, la
presión que generan los demás y lo que esperan de ti es gran parte de lo que
eres y quieres.
Teniendo así claro porque somos quienes somos con las
experiencias que tenemos siendo seres individuales completamente únicos e
irrepetibles también existen ciertos
tipos de estándares en donde (afortunadamente o desgraciadamente dependiendo de
cómo lo queramos ver) se nos etiqueta y se generaliza el comportamiento de
grupos de individuos con similar tipo de comportamiento y se crean clases
sociales como la realeza, el burgués y el proletariado, tribu urbanas como los
punk, los hipsters o los emos, entre otros.
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